Los sapos son una especie de animales que pertenecen al grupo de los anfibios. Conocidos también como bufónidos, una expresión proveniente de la palabra en latín Bufonidae y que se traduce como «anfibios que carecen o no tienen cola». Por esa razón, entran en la clasificación de la familia señalada como Anura. Al ser del grupo de los anfibios, ellos experimentan una metamorfosis desde que nacen hasta que llegan a su edad adulta, especialmente porque inician como una larva que respira por branquias para luego respirar por pulmones.
Pertenecen a la familia Ranidae, y por ser más específicos, esta es su taxonomía:
Reino: Animalia.
Filo: Chordata
Clase: Amphibia
Orden: Anura.
Surorden: Neobatrachia.
Familia: Bufonidae.
Tipos de Sapos
Sapo partero común
Sapo de vientre amarillo
Sapo de espuelas
Sapo de espuelas pardo
Sapo moteado
Sapo corredor
Sapo gigante
Sapo de Surinam
Sapo concho
Bufo Bufo
Es una de las especies cuyo hábitat principal lo encontramos en Europa y Asia. Es mejor conocido como Sapo común, por lo que sus características físicas son las más conocidas, tales como: un cuerpo de color castaño oscuro, ojos color amarillo, y las verrugas se le hacen evidentes en todo su cuerpo, en realidad, lo llenan completamente. Mide alrededor de los 8 cm y los 13 cm. Su entorno de vida preferido son los bosques y las praderas, así como áreas urbanas, parques y jardines.
Sclerophrys arabica
Conocido también como el Sapo de Arabia porque habita en esa región del mundo como, los Emiratos Árabes y Arabia Saudita. En su cuerpo se hacen evidentes las arrugas como parte importante de su apariencia, además de tener manchas negras en forma circular en todo su cuerpo. Y como característica propia, tiene una línea que se traza desde su cabeza hasta la cola. Su hábitat preferido es cualquier zona donde exista una fuente de agua, pues le permite reproducirse.
Pelodytes caucasicus
Se le ha denominado el Sapito moteado del Cáucaso y se encuentra en algunos países de Europa como, Rusia y Turquía. Es fácil identificarlo porque su cuerpo está lleno de verrugas que saltan a la vista de inmediato, las cuales son de color castaño o negro. Sus ojos también sobresalen por ser grandes y de color amarillo. Y su cuerpo es de color pardo. Su hábitat principal son las zonas donde abunda la vegetación, sobre todo, si estas se encuentran cerca de fuentes de agua.
Rhinella marina
Es el conocido Sapo de caña, el cual habita en el continente americano, tanto en el Norte como en el Sur y el Caribe. Su color es un poco más claro, y cuenta con sus respectivas verrugas que hacen distinguidos a todos los sapos. Es una de las especies más venenosas que existe, puesto que puede provocar la muerte de sus depredadores, desde que son renacuajos hasta en la edad adulta. Ellos eligen como su hábitat principal los bosques, campos y las sabanas.
Incilius alvarius
Esta es la especie a la que se ha denominado el Sapo del Desierto de Sonora porque se consigue principalmente en esa zona de México y también en EEUU. Se trata de un sapo de gran tamaño de un color marrón oscuro, pero un poco claro en la sección del abdomen. Además, tiene manchas amarillentas y verdes cerca de los ojos. Una de sus particularidades es que tiene sustancias tóxicas que generan efectos alucinógenos en otros.
Duttaphrynus melanostictus
Es el Sapo común Asiático, conocido así porque habita en los países de ese continente. Se trata de una de las especies de mayor tamaño, puesto que puede llegar a medir hasta unos 20 cm. Es distinguido por su color rojizo y por las verrugas que se presentan en todo su cuerpo. Este sapo también produce una sustancia tóxica peligrosa para sus depredadores. Su hábitat preferido está en las áreas urbanas cercanas al mar y las playas.
Bufotes viridis
El Sapo verde es uno de los más comunes en España y las Islas Baleares. Su nombre lo identifica bastante bien porque su piel combina el color gris claro con un verde de bastante brillo. En tamaño puede llegar a medir hasta 15 cm de longitud. Tiene la característica de ser uno de los más venenosos que hay, convirtiéndose en un peligro para los depredadores. Y como hábitat han elegido los bosques, praderas y matorrales.
Alytes maurus o Alytes obstetricans
Así se le denomina al Sapo partero común que se consigue en España y otros países como, Marruecos. El color de su piel es claro junto con unas manchas coloridas, y cuenta con las verrugas propias de todos los sapos. Esta es una de las especies más pequeñas que existe porque solo llega a medir unos 5 cm. Una de sus características sobresalientes es que el sapo coloca los huevos en su espalda durante su desarrollo. Como hábitat ha elegido las zonas con mucha humedad.
Bombina orientalis
Es también llamado Sapo de vientre de fuego Oriental, y vive en algunos de estos países, como Corea, China y Rusia. La descripción de vientre de fuego es bastante distinguida en su caso porque su vientre es de color rojo o naranja. Y cuando están cerca los depredadores lo muestra para indicar que contiene veneno. Este sapo solo llega a medir unos 5 cm. Pero en apariencia es muy llamativo al combinar el color del vientre con un color verde con manchas en la parte de su espalda.
Anaxyrus americanusse
Es conocido como el Sapo americano, principalmente porque habita en EEUU y Canadá. En apariencia, tiene un color sepia y las verrugas son de color negro, las cuales son abundantes. El sapo americano puede llegar a medir entre 5 cm y 7 cm. Está en la categoría de especies venenosas, por lo que se requiere atención, incluso si se tienen mascotas, porque también corren peligro. Su hábitat preferido son los matorrales, los bosques y las praderas.
Características de los sapos
El tamaño
Los sapos tienen distintos tamaños en función de la especie que sea, pero lo común es que ronden entre los 5 cm y los 15 cm de longitud. Algunas especies solo llegan a un tamaño máximo de 5 cm, tal como ocurre con el Sapo Partero Común. Es más probable que las hembras sean las que mayor tamaño alcancen. En cuanto al peso, tienden a estar por alrededor de los 20 gramos y los 80 gramos, por lo que no son animales de gran peso. Esto les permite tener mayor opción para moverse de una manera más rápida y flexible.
La apariencia
Las hembras de los sapos, por lo general, tienen un cuerpo más grueso que el de los machos, algo que concuerda con el hecho de que tienden a ser más grandes. La cabeza de estas especies es ancha, también tienen una boca ancha y cuentan con dos ventanas nasales. No tienen cuello ni dientes, solo una lengua que utilizan para atrapar a sus presas. Sus patas son algo pequeñas, por lo que, en la tierra suelen desplazarse mediante saltos. Y cuando están ante una amenaza, inflan su cuerpo y se hacen más grandes.
El comportamiento
Su comportamiento se define, principalmente, como nocturno, puesto que durante el día viven resguardados en una guarida preparada por ellos. Esta puede ser excavada, bajo una raíz o en las plantas y piedras. Cuando comienza a caer el sol, los sapos salen para hacer vida y alimentarse, especialmente, porque consiguen a los insectos de los que se alimentan. Como tienen patas cortas, lo común es que caminen lentamente o den algunos saltos cortos. Y, al terminarse la noche regresan a su guarida.
El hábitat de los sapos
¿Cómo es el hábitat del sapo? El sapo es una de las especies de anfibios con mayor distribución a nivel mundial. En Europa se consigue en casi todo el continente, siendo incluso, uno de los que mayor presencia tiene. Solo no lo vamos a encontrar en Islandia, Escandinavia, Irlanda y algunos Islas del Mediterráneo porque no tienen sus condiciones de vida. Como parte de su hábitat preferido, encontramos todas las zonas que ofrezcan humedad, pues les permiten vivir y reproducirse, tales como: bosques, prados, cultivos, jardines, parques, etc.
Tiempo de vida
Se puede destacar que el sapo es un anfibio que puede vivir durante varios años en medio de la naturaleza. Uno de los aspectos que se les ha señalado es que pueden llegar a vivir entre 10 y 12 años, siendo esta la medida más común. Incluso, se han conocido casos de sapos que han estado en cautiverio y han alcanzado los 50 años de vida. Hay maneras de conocer su longevidad mediante el número de anillos que tienen en los huesos de sus falanges, permitiendo saber cuánto de vida han logrado.
Reproducción de los sapos
La época de reproducción de los sapos es durante la primavera, una de las que favorece por las condiciones climáticas. Es común que las especies de sapos se apareen en los mismos lugares donde nacieron, sobre todo, si son lagunas. Todos los años se dirigen allí, en promedio, un 80% de los sapos, incluso, en algunos casos lo hacen, aunque se encuentren muy lejos. De esa manera, la reproducción de los sapos inicia en grandes concentraciones, las cuales identifican mediante el olfato que tienen.
Cuando se acerca la época de reproducción, los sapos machos se anticipan al lugar de concentración algunas semanas antes; las hembras suelen llegar muy cerca de la fecha y retirarse luego del apareamiento. Ellos no luchan por el derecho a una pareja, sino que trabajan mediante el “canto” o el croar. De esa manera, la hembra puede identificar el tamaño del sapo, algo que les resulta importante y, a partir de allí, hace la elección. Pocas son las ocasiones en las que han tenido que luchar los machos para reproducirse.
El sistema de reproducción de los sapos es mediante fecundación externa. El macho se coloca sobre la hembra y la sujeta con sus extremidades delanteras. No obstante, éste es un período en el que algunos pueden morir porque varios de ellos tratan de subirse y, al acumularse en montones, algunos mueren. A partir de allí, la hembra comienza a colocar los huevos y el macho los va fertilizando con su esperma en la medida que salen. Es así como los huevos van quedando a lo largo de las orillas de la laguna.
La cantidad de huevos que quedan fertilizados es bastante grande, por alrededor de 3.000 a 6.000 unidades de estos. Ellos van a absorber el agua y comenzarán a hincharse. En unas dos o tres semanas, los renacuajos estarán aferrados a los restos de la cadena de huevos y se alimentarán de la gelatina. Después se aferrarán a la parte baja de las hojas hasta que, finalmente se conviertan en renacuajos. Al cabo de 12 semanas ya se habrán convertido en un sapo y podrán iniciar su vida en la tierra.
Alimentación del sapo
Lo primero que debemos destacar de la alimentación de los sapos es que estas especies no tienen dientes, por lo tanto, no pueden masticar. Para alimentarse utilizan su lengua, la cual es de buen tamaño y pegajosa, logrando así atrapar a sus presas con eficacia. Ahora bien, los sapos son anfibios carnívoros, solo que, no de manera activa sino mediante aprovechar las oportunidades. Ellos se quedan inmóviles en un sitio hasta que llega una presa y la atrapan con su lengua; de inmediato la tragan completa.
Dentro de su dieta de alimentación encontramos los insectos y gusanos, las arañas y los caracoles, las serpientes de menor tamaño, los roedores y las lagartijas. La elección de la presa va a depender principalmente del tamaño del sapo, pues en esa medida va a poder tragarse su alimento. Por eso, algunas especies más grandes son las que comen serpientes y roedores. Sin embargo, también son adaptables en el tema de la alimentación, puesto que, si alguna especie desaparece, ellos pueden añadir otra a la lista.
Ahora bien, los sapos experimentan cambios en su alimentación desde que nacen hasta que se hacen adultos. Ellos nacen como huevos y la madre los deja en la orilla de una laguna. Allí se alimentan del saco vitelino donde han nacido hasta que van cambiando de condición y pasan a ser un renacuajo. Por eso, a los pocos días de nacidos comienzan a depender de plantas y algas marinas. Y cuando llegan a la edad adulta, se convierten en una especie carnívora que se aprovecha de animales a su medida.
Diferencias entre ranas y sapos
¿Los sapos son diferentes de las ranas? Por supuesto que sí. Aunque los sapos y las ranas tienen muchas similitudes, la realidad es que son diferentes. Ambos grupos pertenecen a la familia de anfibios denominada Anura porque tienen características similares. No obstante, sus diferencias suelen notarse en aspectos como estos:
- Ambos están clasificados en familias diferentes; las ranas pertenecen a la Ranidae y los sapos a la Bufonidae.
- La piel de las ranas es suave, lisa y húmeda; la de los sapos se caracteriza por ser áspera y con verrugas.
- Las ranas tienen una apariencia menos robusta; en los sapos se nota una condición más gruesa y menos esterilizada.
- Las extremidades de las ranas son más largas, permitiendo así los saltos; los sapos las tienen más cortas, llevándolos a tener que caminar más y saltar menos.